EL PROBLEMA DEL TRANSPORTE: POR UNA TECNOLOGÍA SOSTENIBLE

Saludos terrícolas, esta vez luego de un rato de espera, en son de sus comentarios, he decidido tocar un tema de fondo que me parece importante analizar.

Antes de iniciar, quiero enviar un saludo a los amigos de Biorritmo en México lindo, y me basta agradecerles por sus aportes e interés, en el blog, y su participación continua y variada de este, "nuestro blog". Hay un aspecto interesante que ellos tocan, sobre recobrar el auténtico sentido de la realidad, hablan de recuperar la serenidad y hacen énfasis en que hay ciertas "Muletas" como las que ofrece la ciencia, que "son innecesarias cuando se camina sobre los propios pies".

Pues bien señores, parto de esa pequeña retroalimentación y me parece importante hablar de la ciencia y la tecnología, no solo como una alternativa innecesaria, y quiero exponer porque creo que esta misma, se puede convertir en un aliado inesperado de la verdadera sostenibilidad.

La tecnología es conocida como un conjunto de habilidades que permiten construir objetos y máquinas para adaptar el medio y satisfacer nuestras necesidades. La actividad tecnológica influye en el progreso social y económico, pero también ha producido el deterioro de nuestro entorno sin embargo, así como en algunas ocasiones, esta tiende a ser algo "corrosiva" para nuestro entorno, las tecnologías pueden ser usadas para proteger el medio ambiente y para evitar que las crecientes necesidades provoquen un agotamiento o degradación de los recursos materiales y energéticos de nuestro planeta, y es ahí amigos donde uno empieza a escuchar términos como "tecnologías limpias", "tecnologías de la información" entre otras, como una opción viable y sostenible de generar ese "bienestar" que tanto busca ofrecer la tecnología al ser humano.

Y entonces surge la pregunta ¿que carajos tiene que ver la tecnología con el transporte?, y la respuesta que primero se me viene a la cabeza, es que la primera necesidad que buscó el hombre resolver desde el principio, fue el problema del transporte, y "oh sorpresa", cuando el cromagnón, se idea la manera de movilizar piezas pesadas a través de una piedra circular denominada "la rueda", uno de los inventos fundamentales en la Historia de la humanidad, por su gran utilidad en la elaboración de alfarería, en el transporte terrestre, y como componente fundamental de diversas máquinas..

La invención de la rueda corresponde a la época final del neolítico, y puede ser visto en relación con los demás avances tecnológicos que dieron lugar a inicio de la Edad de Bronce, de hecho los estudiosos estiman que fue inventada en el quinto milenio a. C. en Mesopotamia.

Las primeras ruedas eran simples discos de madera con un agujero central para insertarlas en un eje. La posterior invención de la rueda con radios permitió la construcción de vehículos más rápidos y ligeros. La inclusión de llantas de hierro alrededor de las ruedas de los carros surgen en el primer milenio antes de Cristo, en los pueblos celtas, además, fueron los primeros que usaron un tipo rudimentario de rodamiento en el eje: unos discos de madera muy dura; posteriormente, los romanos utilizaron anillos de bronce como rodamiento, a modo de buje. No hubo grandes modificaciones hasta el siglo XIX, cuando se generaliza el uso de metales en la elaboración de maquinarias; en la década de 1880, se inventaron los neumáticos para ruedas; en el siglo XX se construyen ruedas de las más variadas aleaciones.

Todos estos procesos facilitaban "el transporte" de productos pesados, en diferentes distancias, y posteriormente cuando la técnica fue perfeccionada, el transporte sirvió como un medio para acortar distancias, facilitar el trueque de productos agrícolas de las diferentes tribus, y la adecuación de "equipos de transporte" cada vez más eficientes con mayor velocidad y resistencia.

De ahí nace el término "transporte" como el traslado de personas o bienes de un lugar a otro. Dentro de esta acepción se incluyen numerosos conceptos, de los que los más importantes son infraestructuras, vehículos y operaciones.

La infraestructura se denomina normalmente red y se distinguen las de carreteras, vías de ferrocarril, rutas aéreas, canales, tuberías, etc., incluyendo los nodos o terminales: aeropuertos, estaciones de ferrocarril, terminales de autobuses y puertos.

Los vehículos de transporte (autos, camiones, trenes, aviones, bicicletas, etc.) transitan sobre las redes que mencionaba anteriormente. Y las operaciones tratan del control del sistema (semáforos, control de trenes, control del tráfico aéreo, etc.) así como de las políticas, los modos de financiación y la regulación del transporte (el uso de peajes o impuestos).

Curiosamente, el desarrollo socioeconómico de las naciones está relacionado, con el desarrollo de la red de comunicaciones y transportes de las mismas. La tecnología utilizada en estas redes, y la correcta administración de las mismas. Y es entonces donde el transporte y las comunicaciones se convierten tanto en sustitutos como en complementos. El crecimiento del transporte sería imposible sin la comunicación, vital para sistemas de transporte No existe, sin embargo, relación probada entre el crecimiento de estos dos sistemas. Pero curiosamente se ha determinado que el mejor previsor del crecimiento de un sistema de transporte es el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de una nación.

También el transporte y el uso de tierra actúan recíprocamente de otro modo, dado que los servicios de transporte consumen tierra, al igual que las ciudades. Un sistema de transporte eficiente puede minimizar el uso de la tierra. Sin embargo, este ahorro debe ser comparado con el coste; un sistema de transporte eficiente en una ciudad grande puede tener un coste sumamente elevado.

Con el paso de las décadas, en que el transporte, fue mejorando su diseño, se integraron a la rueda y a la carreta, otros elementos, que permitieron mejorar el sistema como tal, el uso de motores, partes técnicas, y combustibles minerales. Por eso mismo el transporte es un consumidor importante de energía, la cual se obtiene transformando combustibles, mayoritariamente mediante motores de combustión. En el proceso de combustión se generan emisiones gaseosas (CO2, CO, NOx, SOx y otros, como partículas) cuya nocividad depende de la fuente de energía usada.

Dado que se prevé el agotamiento de combustibles fósiles hacia el 2050, y además el índice de polución se ha incrementado de manera notoria, contribuyendo al tan polémico "calentamiento global", el transporte mundial enfrenta el reto de modificar completamente sus sistemas en algo menos de cinco décadas. Se prevé que los vehículos de hidrógeno serán los más económicos, si se extrapolan las tecnologías actuales, con lo cual deberemos aprender a producirlo por otros métodos distintos del altamente contaminante que se usa hoy en día (tratamiento de gas natural con vapor), que genera inmensas cantidades de dióxido de carbono, si queremos que su uso no contribuya aún más al calentamiento global.

Suele sostenerse que los vehículos eléctricos impulsados son "limpios", al igual que aquellos que usan celdas de hidrógeno. Pero, en realidad, estos tipos de vehículos generan, hoy en día, mayor contaminación que los vehículos de combustión interna. La razón es que la generación de hidrógeno o electricidad consume energía producida en centrales alimentadas principalmente por carbón, es decir, las centrales que se usan fuera de período pico.

Durante los últimos años los vehículos han estado haciéndose más limpios, como consecuencia de regulaciones ambientales más estrictas e incorporación de mejores tecnologías. Sin embargo, esta situación ha sido más que compensada por la subida tanto del número de vehículos como del uso creciente anual de cada vehículo, lo cual determina que ciudades con más de 1.000.000 de habitantes presenten problemas de índices de contaminación atmosférica excesivos, afectando la salud de la población.

Con toda esta bola de sucesos en cadena, se puede considerar que el transporte constituye uno de los peores contaminantes del planeta (curiosamente después de la agricultura, que en un próximo blog les contaré porque).

Pues bien señores, hasta aquí hemos hablado de cómo el transporte influye en la sostenibilidad socio económica de nuestro planeta, sin embargo el impacto "ambiental" ha sido muy fuerte, y no se puede hablar del usos eficiente del transporte como generador de sostenibilidad ambiental.

Pero como la raza humana es tan cómica, que solo hasta el momento en que ve que está al borde del cataclismo toma medidas para mejorar la situación, hoy en día en países como Brasil, se oye hablar de nuevos proyectos de transporte que funcionan con paneles solares, y células fotovoltaicas. Una solución sencilla a un problema complejo. Y mejor aun, el mismo gobierno del presidente lula, se ha empeñado, en incentivar el uso de transporte público, con este tipo de tecnologías y disminuir, el uso de vehículos particulares, un proyecto ambicioso, que además de disminuir el nivel de poluciones atmosféricas, plantea una solución a los problemas de movilidad que enfrenta este país, por el alto índice poblacional que tiene.

Ahora la pregunta que quiero plantear con todo este rollo es:" ¿será que realmente necesitamos sentir nuestros pulmones llenos de CO2 para recordar, que la sostenibilidad es conjunta y holística, y que no es posible generar un desarrollo económico sostenible, sino aprendemos a administrar primero nuestros recursos?, y ¿será realmente la tecnología tan mala? O como diría por ahí el viejo filósofo alemán Friedrich Nietzsche, que las cosas no son malas, el hombre es el que las hace malas.

Señores no siendo mas, les dejo esta pequeña inquietud, y como siempre los invito a comentar, participar y proponer, recuerden que este blog, al igual que el grupo de promoción del facebook "S.O.S.TENIBILIDAD", son espacios generados para la buena crítica, y generar conocimientos, experiencias y vivencias en pro de una verdadera "sostenibilidad".