LA ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA RURAL Y LA COMPETITIVIDAD TERRITORIAL


LA ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA RURAL Y LA COMPETITIVIDAD TERRITORIAL

 
Notas de Autor

Hugo Andrés Castillo Cadena - Ingeniero industrial- Universidad Pontificia Bolivariana
Estudiante de Maestría Desarrollo Sustentable y gestión ambiental.- Universidad Distrital Francisco José de Caldas. - 2012.
Correo: hugoandrescastillo@gmail.com

El autor agradece la ayuda e información al docente Econ. Carlos Caidedo.

RESUMEN
El presente artículo de revisión, tiene como principal objetivo presentar una retroalimentación de los conceptos de productividad rural y competitividad territorial. Para ello se abordan temáticas de territorio, Ruralidad, participación y organizaciones comunitarias y políticas sociales como base fundamental que da soporte a la competitividad de una región. De esta manera se busca exponer la importancia del trabajo conjunto de industria, organizaciones sociales y entidades estatales que dinamicen el crecimiento de un territorio y para el caso de países como Colombia el porqué es importante aprovechar el potencial agrícola y rural como un factor de ventaja competitiva ante otras economías en el mercado neoliberal. 
Palabras Claves: Productividad rural, territorio, competitividad, organización comunitaria.

ABSTRACT
This review article, whose main goal is to present the concepts of feedback rural productivity and regional competitiveness, This will address issues of territory, Rurality, participation and community organizations and social policies as the foundation that supports the competitiveness of a region. Thus it seeks to expose the importance of collaboration between industry, government agencies and social organizations that stimulate the growth of a territory and in the case of countries like Colombia why it is important to make use of the agricultural and rural potentials as a factor of competitive advantage to other market open economies.
Keywords: Productivity rural territory, competitiveness, community organization.

INTRODUCCIÓN
El concepto de "lo rural" ha trascendido más allá de la connotación campesina; de hecho actualmente no solo se hablan de actividades agrícolas y regiones con infraestructura y condiciones productivas deficientes Autores como (Baigorri, 1995) hacen énfasis en los cambios de percepción de la misma cultura latinoamericana, la importancia de la transformación rural y la relación urbano-rural, argumentando además que estos dos términos cada vez se hacen más semejantes (la ciudad absorbe los terrenos rurales a su alrededor) dificultando el análisis del territorio y la conceptualización y connotación de lo "rural".
Para (Vladimir, 2009) El concepto de "lo rural" se ha modificado significativamente. Han existido transformaciones ambientales, sociales, económicas en la vida y el medio rural, que demandan un concepto más complejo e integral de lo rural, que ya no se reduce a las lógicas de la producción agropecuaria y al desarrollo de la actividad campesina, sino que articula múltiples aspectos relacionados con las dinámicas de conservación y protección ambiental, la producción sustentable, el desarrollo socioeconómico integral, el mejoramiento de la calidad de vida de la población, la ocupación y utilización del espacio, la organización y gestión empresarial y social, las relaciones interinstitucionales, la participación, democratización y convivencia, entre otros aspectos, que llenan el concepto de una percepción más holística e integral. Desde esta reflexión, la visión de desarrollo rural no puede estar enmarcada únicamente en lo agrario. El desarrollo sustentable, definido como la capacidad de satisfacer las necesidades presentes sin compromoter las del futuro, busca elevar el bienestar humano al mejorar las condiciones económicas, soicales y ecológicas, para lo cual resulta de vital importancia que las instituciones encargadas de la formulación de políticas sustentables sean eficientes; de lo contrario, su efecto será mínimo e incluso negativo.

De esta manera la participación comunitaria y la intervención del estado con políticas justas, que beneficien el crecimiento económico, ambiental y social garantizan un fortalecimiento regional y un empoderamiento de los participantes en los diferentes procesos de construcción y consolidación de territorio (Rodriguez, 2008) . No obstante dicho empoderamiento de las poblaciones, es impulsado en el momento en que estas sientan resultados y acciones que impacten sus propios proyectos de vida. Autores como (Buxton F. , 2010) en su articulo "Calidad de vida y sustentabilidad" aseguran que la expresión de la conciencia social y científica, es fundamental en el momento de dar constatación de los efectos negativos en la calidad de salud social y ambiental del planeta. Esta conciencia es la que rige las actuaciones humanas en el territorio y en la sociedad, De igual manera este autor asegura que las poblaciones de menores recursos no tinen voz ni voto en temas de desarrollo, no se tienen en cuenta sus necesidades particulares, sino las directrices que algunos "evaluadores" consideran adecuadas para el desarrollo de dichas poblaciones.

De esta manera se plantea como desde la organización productiva y la competitividad de micros y pequeñas empresas productoras rurales, se puede ayudar a generar una competitividad territorial, fortalecer ventajas competitivas y generar un desarrollo local de regiones y territorios mas vulnerables.

 
DESARROLLO

El territorio
(Ellis & Biggs, 2001)La economía y la geografía son probablemente las dos áreas del conocimiento que más han avanzado teórica y prácticamente en la exploración del concepto de territorio ligado a los modelos de desarrollo y a las transformaciones sociales y productivas que llevan implícitas. Fundamentados en estas dos áreas del conocimiento, se hará una primera mirada a los cambios principales que se han producido en relación con el concepto de territorio en el proceso de tránsito de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento.
De una manera abstracta, la consolidación del territorio en cada momento histórico parece estar determinado por la conjugación de por lo menos cuatro (4) fuerzas motoras que interactúan de manera dialéctica: Espacio, tiempo, técnica y movimiento. Dependiendo de las características de la sociedad y del modo de producción que predomine, las fuerzas motoras le imprimen al territorio sus características y connotaciones básicas. Para no entrar en demasiadas honduras bastaría decir que un artesano del siglo XVIII y otro del siglo XX, aunque desempeñaran las mismas funciones o incluso emplearan las mismas herramientas
de producción, jamás podrían compararse en cuanto a la concepción que uno y otro pudieran tener del mundo, de la sociedad, del trabajo y de la cultura. Y eso se explica en gran medida por los avances tecnológicos que los separan y la percepción sobre la dialéctica espacio-temporal motivada por la velocidad y calidad de los cambios producidos.

Enfoque territorial


  • 1950 – 1960 Modernización; el modelo de la economía dual; la agricultura como sector rezagado; desarrollo comunitario; tenencia de la tierra; visión peyorativa del campesinado.
  • 1960 – 1970 Los enfoques de transformación; la transferencia de tecnología; la mecanización; la extensión agrícola; la agricultura como motor del crecimiento; la reforma agraria; la revolución verde; los campesinos como agentes económicos racionales.
  • 1970 – 1980 Redistribución con crecimiento; necesidades básicas; desarrollo rural integrado; políticas agrícolas estatales; crédito agrícola estatal; el sesgo urbano; la innovación inducida; la revolución verde; el encadenamiento del desarrollo rural.
  • 1980 – 1990 Ajuste estructural; liberalización de mercados; precios correctos; retracción del Estado; crecimiento de las ONG, evaluación rural rápida (rural rapid appraisal); investigación sobre sistemas de producción agrícola (farming systems research); seguridad alimentaria y análisis de las hambrunas; investigación y desarrollo concebidos como proceso y no como producto; mujer y desarrollo; el alivio de la pobreza.
  • 1990 – 2000 Microcrédito; evaluación rural participativa, investigación y desarrollo orientados por los actores; análisis de los interesados (stakeholder analysis); redes de seguridad rural; desarrollo humano; capital social; capital humano; género y desarrollo; ambiente y sostenibilidad; reducción de la pobreza.
Ruralidad
(Mejía, 2003) "El concepto de espacio rural se ha utilizado de forma genérica, aplicable al territorio no urbano, lo cual lo supone carente de cualidades intrínsecas. Para muchos, lo rural es sinónimo de lo agropecuario; para otros va más allá de lo agrario, lo que debería traducirse en políticas de desarrollo territorial y no solamente en políticas de desarrollo ligadas a lo económico productivo […] Otra noción entiende lo rural como espacio geográfico, que es a su vez recurso, soporte y receptor de actividades y de proyectos públicos, privados y comunitarios".


"Tradicionalmente lo rural nos remite a un sistema territorial, en el cual existe un modo particular de utilización del espacio y de desarrollo de la vida social, caracterizado, en primer lugar, por una densidad relativamente baja de habitantes y de construcciones, lo que determina un predominio de los paisajes vegetales cultivados o naturales. En segundo lugar, por un uso económico del suelo de predominio agropecuario, minero o de conservación. En tercer lugar, por una relación particular con el espacio, que favorece un entendimiento directo y vivencial del medio ecológico, como elemento integrante de su acervo cultural. Por último, por un modo de vida de sus habitantes, marcado por su pertenencia a colectividades de tamaño limitado, en las que existe un estrecho conocimiento personal y fuertes lazos sociales, con una identidad y una representación específica"

Es interesante denotar como el concepto de lo rural ha logrado trascender a lo meramente agrícola, o a un espacio ausente de tecnología. (Baigorri, 1995) llama la atención sobre los cambios ocurridos en América Latina, sobre la transformación de lo rural y de la relación urbano-rural; siendo prácticamente imposible el análisis de estos territorios a través de la conceptualización dicotómica tradicional de lo rural. De esta forma, dice, se hace necesario, en la contemporaneidad, entender lo rural y lo urbano como un continuum, dado que lo rural se urbanizó por las políticas de desarrollo y por las aplicaciones de técnicas industriales en la agricultura.
Asimismo, existen visiones de lo rural que siguen involucrando conceptos geográficos, sociológicos y de productividad. Así lo señala (Ceña, 1993) cuando describe al medio rural como "el conjunto de regiones o zonas en las que se asientan pueblos, aldeas, pequeñas ciudades y centros regionales, espacios naturales y cultivados y en donde se desarrolla una gran diversidad de actividades como la agricultura, industria pequeña y mediana, comercio, servicios, ganadería, pesca, minería, turismo y extracción de recursos naturales".

Cuando se amplía el concepto de lo rural, se esbozan unas nuevas funciones para los espacios rurales que, como plantea (Perez & Farah, 2002), podrían constituirse en una vía posible de su re-equilibrio y desarrollo:

 
1. Equilibrio territorial. Debe orientarse hacia la reducción de la presión y la sobre explotación sobre ciertas áreas y a la reorientación de usos y destinos. Cabe resaltar el papel de los pobladores rurales como garantes en el cuidado, el manejo y la conservación de los recursos naturales.

 
2. Equilibrio ecológico y producción de recursos y servicios ambientales. Recuperación de ecosistemas, conservación de cuencas y micro cuencas como estrategia de oferta del recurso agua, mantenimiento y preservación del paisaje natural.

 
3. Producción de alimentos limpios y orgánicos.
El valor agregado de los alimentos y, por tanto, de los sobrecostos que se generan redundarán en un mejoramiento del bienestar de las comunidades en general, no solo en pro de los sectores más adinerados.

 
4. Usos agrarios no alimentarios. Producción de fibras textiles, cultivos con fines de producción de biocombustibles, entre otros.

 
5. Establecimiento de agroindustrias y empresas manufactureras. Como aspectos positivos tiende a la reactivación económica de las zonas dónde se establecen, aumento la oferta de empleo y, en consecuencia, el mejoramiento del nivel de vida. También se plantea como alternativa a la sobreexplotación de ecosistemas.

 
6. Turismo rural. Desarrollo de actividades económicas alternas para las comunidades rurales; incluso, en algunos casos, se convierte en una actividad principal. Esto genera una motivación para la conservación y mantenimiento de los recursos naturales atractivos para los turistas.

 
7. Reconstrucción cultural y del patrimonio histórico. Reconstrucción del tejido social y la estructura de la sociedad rural, pues también se convierte en un atractivo turístico que genera ingresos económicos para las comunidades.

 
Los pequeños productores como agentes económicos racionales y eficientes

 
El paradigma "economía dual-modernización" se empieza a romper a mediados de los años sesenta, cuando los pequeños agricultores empiezan a ser percibidos como agentes económicos racionales y eficientes, y la pequeña agricultura como uno de los motores potenciales del crecimiento y el desarrollo (Ellis & Biggs, 2001). El trabajo de Theodore Schultz sobre la transformación de la economía tradicional (Schultz, 1964) se ha identificado como la contribución más significativa para el florecimiento de este nuevo paradigma. En este libro Schultz destaca que en las sociedades tradicionales los campesinos asignan eficientemente los recursos y que si continúan pobres es porque disponen de pocas oportunidades técnicas y económicas; en otras palabras, son pobres pero eficientes.

Por otro lado el reconocimiento de que, para poder desarrollar capacidades competitivas, las pequeñas empresas necesitan asociarse y también contar con apoyos públicos que ayuden a corregir fallas de mercado vinculadas principalmente con la imperfección de los mercados de capital, financiamiento y crédito, la capacitación de recursos humanos y la innovación tecnológica, justifica en gran medida las políticas de fomento que se han diseñado. En este sentido, y como se ha señalado en uno de los buenos trabajos de evaluación que se han realizado sobre las pequeñas empresas (Bianchi & Parrillo, 2002), los factores que contribuyen al éxito de la pequeña y mediana empresa (pymes) son básicamente tres:
i) La integración en un sistema productivo y social dinámico a nivel local, que permita lograr economías de escala y alcance suficientes para poder competir con grandes empresas en el mercado global.
ii) El mejoramiento de la calidad del producto, del proceso y de los recursos humanos, ya que en los mercados globales no es posible seguir compitiendo por precio (hay actores demasiado poderosos, con economías de escala que les permiten desplazar a cualquier país competidor).
iii) La difusión del conocimiento y las competencias para poder estructurar la economía local de manera de generar bienes con alto valor agregado, de gran calidad e innovadores.


También (Guerra, 2010) plantea alternativas como la economía solidaria, un fenómeno socioeconómico complejo donde se articulan tres dimensiones distintas de análisis: el movimiento social, con un fuerte discurso ideológico, proclive a la construcción de un nuevo modelo de desarrollo; el paradigma científico con una particular vocación por generar teoría pertinente para dar cuenta de los fenómenos económicos alternativos; y el sector específico de nuestras economías donde convergen las distintas experiencias de base solidaria. En América Latina es posible observar un alto dinamismo en cualquiera de estas dimensiones de análisis, especialmente a partir del surgimiento de distintas redes que operan desde la sociedad civil y de la puesta en práctica de políticas públicas dirigidas al fortalecimiento del sector.

 

Enfoques de 'proceso-participación' y empoderamiento

Los paradigmas de dualidad-modernización y de racionalidad y eficiencia de los pequeños productores se pueden caracterizar como enfoques "de arriba hacia abajo", pues generalmente asumen que los factores que desencadenan el cambio son exógenos y derivan en políticas nacionales. Sin embargo, a inicios de los ochenta comienzan a cobrar fuerza ideas que conciben el desarrollo rural como un proceso "de abajo hacia arriba", en donde la participación y el empoderamiento juegan un papel fundamental. Este cambio de enfoque es el segundo cambio paradigmático importante identificado por (Ellis & Biggs, 2001)en la evolución del pensamiento sobre el desarrollo. 

El desarrollo rural es concebido ahora como un proceso participativo que busca dotar a los pobladores rurales del poder necesario para que sean ellos mismos quienes establezcan sus prioridades. Entre los factores que contribuyeron a la propagación del naciente enfoque se mencionan: el advenimiento de la investigación sobre sistemas productivos (farming systems); el reconocimiento de la validez el conocimiento tradicional; el auge de los métodos participativos; la reacción diversa a las políticas de ajuste estructural y liberalización de mercados; el desencanto con los resultados de la gestión del Estado en la provisión de servicios rurales; el incremento en la participación de las ONG como agentes de desarrollo rural; y la relevancia adquirida por los temas de género (Ellis & Biggs, 2001)

En este contexto se dan los otros desplazamientos temáticos -en materia de estudios rurales- identificados por (Bengoa, 2002) a saber: a) del campesinado a la pobreza rural; b) de los trabajadores agrícolas a los trabajadores temporales; c) de los campesinos a las campesinas; y d) de los campesinos a los indígenas. Estos desplazamientos se reflejan en cambios en las prácticas de desarrollo rural, pues temas como la pobreza rural, el empleo rural no agrícola y los asuntos étnicos y de género comienzan a aparecer, cada vez con más frecuencia, en las agendas políticas de los gobiernos y las agencias de desarrollo y de cooperación internacional. La práctica del desarrollo rural deja de ser una aproximación centrada en las comunidades rurales y en los pequeños productores para convertirse en un enfoque holístico donde los actores del desarrollo ocupan el lugar protagónico.

De esta manera (Schwartz & Deruyttere, 1996) presenta un marco conceptual desarrollado por el BID sobre tematicas y casos de consulta comunitaria, como realizar porcesos de intervención social participativa para trabajo con comunidades, cunado se desarrolle un proyecto de impacto ambiental.

(M., 2010) propone que el Desarrollo es un proceso multidimensional en el que intervienen todo tipo de factores que inciden positivamente en el bienestar social y por lo tanto llama a todas las áreas de las ciencias sociales a participar en su estudio de forma coordinada, ya que el foco del estudio se localiza en la sociedad, presente y futura. Dicho marco analítico permite mostrar que el desarrollo sustentable, además de preocuparse del medio ambiente, sobre la base de un principio de equidad intergeneracional, implica también la equidad intrageneracional, y por lo tanto debe orientarse a la solución de las desigualdades de bienestar que existen actualmente entre grupos sociales y entre regiones.

Políticas sociales en el sector rural

La estructura Agraria colombiana esta conformada por latifundios dedicados a la agricultura, la ganadería o el engorde, con control sobre la mano de obra. La economía campesina está representada por medianos y pequeños propietarios y las agroindustrias. "El campesinado hace referencia a la población que se encuentra directamente vinculada con la tierra y obtiene su sustento de ella (es su medio de producción), ya sea como minifundistas o mediano propietario, pero lo es igualmente el arrendatario, aparcero, agregado y los asalariados agrícolas, como los jornaleros y los cosecheros, con dinámicas sociales, políticas y culturales que le son comunes, no tanto por el hecho de vivir en el campo sino como producto de las relaciones históricas asimétricas del poder." (Rodríguez, 1998)

(Vargas, 1997) Entiende por Política Social "El conjunto de directrices estatales que promueven el desarrollo y el bienestar social, a través de la asignación de recursos públicos y de la convergencia del interés del Estado con las necesidades de la población"

La política social se materializa a través de las acciones del Estado en su relación con las comunidades, en especial las mas vulneradas, en este contexto, es básica la intervención estatal, en el área social, ya que el éste puede realizar los cambios sociales que demanda la población, a través de decisiones globales, que conocemos como Políticas Publicas, entendidas como el conjunto de iniciativas, decisiones y acciones del Estado frente a situaciones reconocidas socialmente como problemáticas. Por lo tanto las Políticas Sociales, contemplan la satisfacción de las necesidades de grupos excluidos o vulnerables.
En cuanto a temas como seguridad alimentaria (Jordan, 1989) piensa que son numerosas las definiciones que se encuentran de esta y aunque todas apuntan a reflexiones diferentes lo trascendental es identificar y construir una definición más completa que reúna no solo el proceso alimentario de disponer acceder y consumir los alimentos, sino todo lo que esto implica en aspectos sociales, culturales, políticos y económicos. En Colombia el tema de Seguridad Alimentaria se encuentra en continuo debate debido entre otras cosas a los graves conflictos sociales, caracterizados por una distribución desigual de las riquezas y de las oportunidades, además del incremento de la tasa de desempleo el cual aumenta los niveles de pobreza de la población repercutiendo directamente en su salud. Toda la situación crítica anteriormente descrita se ve especialmente acentuada debido al proceso de globalización, siendo las comunidades rurales el reflejo de tal inequidad, lo que las convierte en población vulnerable que requiere de especial atención por parte del gobierno.

Según los autores (Hertford & Echeverri, 2003), los programas convencionales de desarrollo rural dan prioridad a una dimensión determinada. Por ejemplo: el desarrollo productivo, el fortalecimiento institucional, la dotación de infraestructuras y los servicios sociales; pero no las contemplan todas de modo integral. En el mejor de los casos, estos programas o proyectos no integrales pueden mejorar uno u otro aspecto de la economía y sociedad rural. A menudo, el aumento de la productividad agrícola –objetivo central de una gran mayoría de programas– no se traduce necesariamente en una mejoraría de la situación económica real ni de la calidad de vida de los beneficiarios del programa en cuestión.
Incluso, en algunos casos, se ha demostrado que un proyecto para intensificar la producción agrícola ha supuesto una pérdida de ingresos, a causa del mayor tiempo de trabajo necesario para atender la producción agrícola intensiva que origina una reducción en el tiempo disponible para empleos no agrarios con los cuales se obtiene un mayor nivel de remuneración. En síntesis, no ha contribuido a la reducción de la pobreza.

Otro problema estructural que resalta (Figueroa, 2003) es la falta de seguimiento del impacto de los programas de desarrollo rural sobre la pobreza, la exclusión y la desigualdad social en las áreas rurales de América Latina, el cual, según el autor, es un problema de planeación. En este sentido, uno de los aportes más interesantes es la teoría de las sociedades Sigma. Según dicha teoría, los factores que explican la persistencia de la pobreza, desigualdad y exclusión social en América Latina son las condiciones iniciales con las que dichos países entraron en el capitalismo.

Para (Lahera, 2004) el objetivo de los políticos tanto conservadores como radicales, idealistas o motivados por el interés propio consiste en llegar a establecer políticas públicas en su preferencia o bloquear aquellas que no consideren convenientes, una buena política pública corresponde a aquellos cursos de acción y flujos de información relacionados en un objetivo político definido en forma democrática, estos son ejecutados en el sector público y comúnmente con la participación de la comunidad y el sector privado. Una política pública de calidad incluiría orientaciones, instrumentos, mecanismos, definiciones, modificaciones institucionales y la prevención de sus resultados.

DISCUSIÓN

El concepto de competitividad territorial identifica cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio:
a) la competitividad económica.
b) la competitividad social.
c) la competitividad ambiental.
d) la competitividad global.
Estos elementos destacan la importancia de que los agentes e instituciones locales del territorio desarrollen capacidades para actuar juntos, crear vínculos entre sectores que permitan mantener in situ el máximo de valor añadido, valorizar el entorno, y establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo. Existe consenso en cuanto a incluir en los objetivos el logro de la reducción de la pobreza, asumiendo las Metas de Desarrollo del Milenio, de reducir la pobreza extrema a la mitad en el año 2015, principalmente en las áreas rurales. Como opciones para superar la pobreza rural se reconoce la importancia y la diversidad de estrategias de vida de los hogares rurales, a partir de actividades agrícolas y rurales no agrícolas, generándose lo llamado "pluriactividad", de la migración y de los ingresos derivados de las redes sociales de seguridad (Zaar, 2002.)
Los diferentes enfoques y etapas de desarrollo rural que los estados de América Latina pusieron en práctica en las últimas décadas han sido descritos por (Plaza O. , 2002) y pueden verse reflejados en el siguiente gráfico:

Ilustración 1. Politicas de desarrollo Rural, según plaza 2002. Fuente: el autor.

A pesar de estas dinámicas es importante tener en cuenta que dentro de dichos enfoque no se tuvieron en cuenta factores fundamentales como la participación de las comunidades y el empoderamiento de las mismas, relaciones campo- ciudad es decir lo urbano- rural), relaciones y organizaciones de pequeños productores campesinos, y las dinámicas reales del mercado y la forma centralizada y burócrata de llevar a cabo los programas de desarrollo rural. (Silva, 2005) Introduce con fuerza el concepto de territorio como base cultural de sistemas de empresas que desarrollan capacidades competitivas con la colaboración de su entorno, lo que es mucho más que la sola estrategia de fomento aislada de las pequeñas empresas. El esquema que se presenta en el gráfico 1 resume esta proposición. Se plantea que el desarrollo local y regional es un proceso eminentemente endógeno que procura aprovechar sus potencialidades propias —naturales, humanas, institucionales y organizacionales— para transformar los sistemas productivos locales con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población.

La construcción de capacidades competitivas puede vincularse de hecho a las políticas territoriales y, más precisamente, al desarrollo de una cultura territorial que integre los sistemas locales de empresas y que ayude a superar la situación de mayor deterioro de los territorios más atrasados. Es decir, si bien es cierto que son las empresas las que compiten, su capacidad de competir se puede ver reforzada si el entorno territorial facilita esta dinámica y si, por su parte, las empresas sienten la importancia de ser empresas "del territorio", a cuyos habitantes también se deben, más que empresas que están "en el territorio", desvinculadas totalmente de sus proyectos de futuro y desarrollo.
Es preciso innovar en los sistemas locales de empresas para hacerlos más competitivos, lo que demanda, desde el punto de vista de la organización social, proyectos de desarrollo basados en consensos que interpreten a todos los actores territoriales, para compartir una visión común sobre las áreas estratégicas que habría que impulsar (Estensoro & Zurbano, 2010).

CONCLUSIONES
  • Existen falencias en diferentes territorios, debido a que cada territorio tiene unas dinámicas propias y no todos los territorios están preparados para enfrentar los procesos de apertura y globalización.
  • Las políticas publicas locales deben generarse de manera exclusiva para cada territorio, debidoa que las dinámicas son diferentes y no se pueden replicar modelos universales.
  • Los procesos participativos de las comunidades son indispensables en el proceso de competitividad territorial y de desarrollo productivo.
  • Es necesario descentralizar los instrumentos de fomento productivo y desarrollo empresarial.
  • Los planes de desarrollo y fortalecimiento territorial deben ir acompañados y refrendados por políticas nacionales de fomento productivo e impulso a los procesos de innovación tecnológica. De lo contrario, los esfuerzos que se hagan a pueden ser poco eficaces.

 
REFERENCIAS
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